Gypsophila paniculata

La Gypsophila, aunque a menudo se percibe como una flor de acompañamiento, posee una identidad propia, discreta pero poderosa.

Su mensaje es claro: la belleza auténtica no necesita imponerse, sino que se manifiesta en la armonía, en el equilibrio y en la suavidad de su presencia.


Gypsophila paniculata, raíces.

Sus raíces profundas contienen saponinas naturales con propiedades higiénicas. En la antigüedad, algunas especies de Gypsophila se utilizaban para limpiar delicadamente.

Principios activos:
  • Saponinas
    Agentes limpiadores suaves, respetuosos con la barrera cutánea.
  • Flavonoides
    Antioxidantes y protectores celulares.
  • Polifenoles
    Efecto antiinflamatorio y protector frente al estrés oxidativo.
  • Taninos
    Contribuyen a la firmeza de la piel y al efecto astringente.
  • Fitosteroles
    Favorecen la regeneración cutánea y refuerzan la barrera lipídica.
Vitaminas:
  • Vitamina C
    Potente antioxidante, estimula la síntesis de colágeno.
  • Vitamina B3 (Niacinamida)
    Mejora la hidratación y fortalece la función barrera.
  • Ácido fólico (B9)
    Favorece la renovación celular.
Oligoelementos:
  • Magnesio
    Oxigena y ayuda en la regeneración celular y la función enzimática.

 

Propiedades de la Gypsophila para la piel:
  • Limpieza biomimética que protege la microflora cutánea.
  • Acción antioxidante y protectora por su contenido en flavonoides y polifenoles, que combaten el estrés oxidativo.
  • Efecto reafirmante debido a los taninos que fortalecen la piel y minimizan los poros.
  • Regeneración y refuerzo de la barrera lipídica gracias a los fitosteroles.
  • Hidratación y equilibrio dérmico con minerales esenciales como el calcio y magnesio, que oxigenan y estimulan la renovación celular.