La Gypsophila, aunque a menudo se percibe como una flor de acompañamiento, posee una identidad propia, discreta pero poderosa.
Su mensaje es claro: la belleza auténtica no necesita imponerse, sino que se manifiesta en la armonía, en el equilibrio y en la suavidad de su presencia.
Gypsophila paniculata, raíces.
Sus raíces profundas contienen saponinas naturales con propiedades higiénicas. En la antigüedad, algunas especies de Gypsophila se utilizaban para limpiar delicadamente.